Se usa en La Guaira para decir que alguien está pelando, pasando una mala racha o con la vida hecha un sube y baja pero siempre hacia abajo. Puede ser por plata, por ánimo o porque todo le sale torcido. Es como ir bajando sin frenos y solo te queda reír para no llorar, que también tiene su encanto trágico.
"Chamo, desde que se dañó el carro y subieron los pasajes estoy en la bajaita, ni para unas empanadas en la playa me alcanza y eso que le quito hasta la salsa."