En el Quindío se usa para decir que alguien está feliz, relajado y con la cabeza ligera, como medio entonado pero sin necesidad de trago. Es ese estado en el que todo hace gracia, uno se siente suavecito con la vida y cualquier plan suena bien. La expresión tiene su encanto porque suena humilde, pero describe una nota muy sabrosa.
"Parce, después de ese café en la finca y la caminata por Salento quedamos todos en barato, hasta el perro iba brincando como si le pagaran por hacer show."