Cuando algo o alguien está en un estado inesperadamente bueno, casi por magia, especialmente después de haber tenido mala pinta.
"Fuimos a esa bodega que parecía hecha polvo y al final el vino estaba de milagro. Rafa salió dando saltos."
Se dice cuando alguien está en un sitio casi por obligación, de rebote o porque no le ha quedado otra, y se nota que preferiría estar en cualquier otro lado. Es como decir que ha venido por puro trámite, no por ganas. Y la verdad, todos hemos estado de milagro en algún plan coñazo.
"En la cena de empresa estaba de milagro, primo, si por mí fuera me quedo en el sofá con el pijama y el plato de croquetas."