Se usa para decir que alguien está reventado, con una resaca de campeonato o un cansancio que no puede con su alma. La imagen es la de un oso medio grogui que solo quiere tumbarse y desaparecer del mapa. Es de esas frases que salen solas después de una noche larga y cero ganas de madrugar.
"Tú vete a la romería si quieres, pero mañana no cuentes conmigo para ir al huerto, que voy a estar como un oso y no me levanta ni el campanario del pueblo."