Se usa para decir que alguien está en una situación muy cómoda, mimada o con todo a su favor, como si la vida le supiera a dulce. Suele implicar que casi no se esfuerza y aun así lo tiene todo fácil. A veces se dice con un poco de envidia sana, porque oye, quién no querría estar así de a gustito.
"Desde que a la Mari la han puesto fija en el curro, con horario de mañanas y teletrabajo los viernes, la tía está al caramelo mientras los demás vamos reventados al polígono"