En Tlaxcala se usa para hablar de levantarse bien temprano y aventarse toda la rutina desde la madrugada, casi como un reto personal contra el sueño. Puede ser para ir a la chamba, a la cosecha o a cualquier compromiso que toque a deshoras. Suele ir acompañado de café bien cargado y la esperanza de una siestecita después, porque si no, nadie aguanta.
"Hoy me tuve que echar un mañanero para ir al tianguis de Huamantla, y ni con café de olla, tamal y tres tortillas se me quita el maldito sueño"