En Zulia se usa para decir que estás trabajando duro, metiéndole ganas a la chamba y sudando la gota gorda para sacar algo adelante. Es como decir que estás matado de tanto curro, pero con sabor zuliano. Suena a que estás explotado, pero igual le echas camello porque hay que resolver, no queda de otra.
"Hermano, desde las seis de la mañana estoy echando camello en el taller y todavía falta arreglar tres carros, hoy no me salva ni el café cerrero de la esquina."