Significa suavizar una mala noticia o una verdad incómoda con halagos, mentiras piadosas o puro choro para que no duela tanto. En Hidalgo se usa cuando alguien adorna demasiado las cosas para quedar bien o evitar broncas. A veces funciona, pero también huele a falsedad que tira para atrás.
"Ya no le dores la píldora a la jefa, dile que el proyecto salió del nabo y que hasta el licenciado se quedó con cara de tlacoyo aplastado."