Se usa cuando alguien se pone a adornar algo con un nivel de detalle exagerado, como si fuera un concurso de decoración. Sirve tanto para tortas, casas o hasta el cuaderno de la facultad. La idea es que está metiendo más esfuerzo del necesario, pero igual hace gracia verlo tan cebado.

"Mirá a Julián decorando como loco la torta de cumpleaños, le puso más brillo que al carnaval de Gualeguaychú y todavía pregunta si le falta algo."

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