Se usa para hablar de cuando te lías con alguien en una noche de fiesta épica, con alcohol, desmadre y recuerdos borrosos al día siguiente. Es como decir que se te fue la pinza y acabaste enredado con alguien casi sin saber muy bien cómo. Y oye, a veces salen historias míticas de esas noches.
"Fuimos a las fiestas de San Roque, acabé con tres calimochos, dos chupitos y al final eché la olla con el de la peña de los tambores, aún no sé ni cómo se llama el pobre."