Expresión muy usada cuando ya estás cansado de aguantar y decides enfrentar a alguien de frente y sin pelos en la lengua. Es soltarle todo lo que piensas, con reclamos, verdades incómodas y uno que otro insultico. Básicamente es desahogarte con un regaño bien sabroso, aunque después el ambiente quede más tenso que chisme en pueblo.

"Mija, si ese carajo vuelve a llegar borracho a las tres de la mañana, me paro en la puerta, le digo sus cuatro vainas y lo pongo a dormir en el chinchorro del patio con los perros."

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