Se usa en la Patagonia chilena para hablar de alguien que parece cabro chico, tímido o inexperto, pero en verdad es más duro que el viento austral. Un chico de Aysén aguanta frío, lluvia, barro y pega pesada sin quejarse mucho. Es como decir que por fuera se ve piola, pero por dentro es puro carácter patagón.
"El Mati llegó todo calladito, con cara de no romper un plato, pero resultó ser más chico de Aysén que todos nosotros juntos, cargó los sacos bajo la lluvia sin chistar ni una vez."