En Áncash, chica es el nombre cariñoso para el aguardiente casero, ese trago fuerte que se hace en el pueblo y que te pone alegre rapidito. Es como decir pásame el veneno rico. Se toma en fiestas, carnavales y reuniones familiares, y si te pasas con la chica, al día siguiente lloras arrepentido.

"Oye causa, trae la chica pa' calentar motores antes de la fiesta, que con esta helada ancashina cualquiera se congela, y yo quiero terminar bailando huayno hasta con la sombra."

En Valparaíso, decir que alguien está chica no es que sea bajita ni una joven mujer, es que anda bien curado, pasado de copas y medio a la deriva. Es como un barco porteño en plena marejada, tambaleando por todos lados. Es una forma muy local y cariñosa de decir que alguien está borracho, y la verdad es que suena hasta tierna.

"Compadre, la tocata estuvo tan brígida que el Juanito terminó pero chica, abrazando al parlante, brindando con el gato y jurando que iba a nadar hasta Viña por la orilla"

En Barinas, chica no es solo para hablar de una muchacha, también se suelta como muletilla al final de la frase para remarcar fastidio, sorpresa o cansancio. Es como un ¡por Dios!, pero con sabor llanero y un poquito de drama. Se oye en todas partes, desde la cola del mercado hasta la cocina de la abuela, y la verdad es que pega sabroso.

"Mamá, se fue la luz otra vez justo cuando iba a ver la novela, chica, este servicio está cada día peor."

En el Atlántico colombiano, 'chica' no siempre se refiere a una joven o niña. Se usa para describir algo de tamaño reducido o escaso, como cuando te quejas porque lo que tienes no alcanza ni pa' empezar.

"Le serví un café a Ramón y me dijo: '¡Hombre! ¿Y esto qué es? Está muy chica, tráeme más'."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!