Forma cariñosa y medio burlona de llamar a un celular viejito, de esos que ya nadie quiere pero que siguen aguantando como campeones. Se usa cuando el teléfono está más pasado de moda que los tonos polifónicos, pero aún sirve para llamar, mandar mensajitos y hasta aguantar caídas épicas sin morirse.
"No manches, mi tío todavía trae su chacholófono con lamparita, juega al Snake y dice que para qué quiere un smartphone si ese nunca se le traba."