Se usa para hablar de un carro viejísimo, todo traqueteado, que ya debería estar en el deshuesadero pero sigue dando guerra. Suele ser ese coche que hace ruidos raros, tira humo y tiene la pintura toda parchada. Da pena ajena, pero también cariño, porque aguanta más que muchos amores.

"Simón, nos fuimos al malecón en la carchacha de Juanito, íbamos tan despacio que hasta los ciclistas nos rebasaban cagados de risa."

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