En Aysén se usa cafrune para hablar de alguien muy aperrado, que se las ingenia con casi nada y siempre encuentra la forma de salir adelante. Es como un maestro del ahorro, la maña y la creatividad en medio de la escasez. Suena medio chistoso, pero también es un cumplido bien sentido.
"Mi compadre es terrible de cafrune, con un tarro viejo, un alambre y un par de tablas te levanta una cocina a leña en plena nieve."