Se usa en Miranda para hablar de montar una fiestica improvisada, medio casera, con música, tragos y gente echando broma. No es un rumbón gigante, más bien algo pequeño pero sabroso, de esos que empiezan tranquilos y terminan con los vecinos asomados. Y la verdad, esos choucitos suelen ser los que mejor se recuerdan.
"Mira, no hay plata pa' rumba cara, pero podemos armar un choucito en el patio, ponemos reguetón viejito, cada quien trae algo y amanecemos echando cuentos."