Se usa para decir que alguien está tan mamado que camina pesado, torcido y a los tumbos, como si cada paso fuera un mazazo al piso. Es el típico borracho que hace ruido, tropieza con todo y parece que va a demoler la vereda. Es una forma graciosa de describir un pedo monumental, aunque da un poco de pena también.

"Anoche el Negro salió del boliche andando con el martillo, se llevó por delante un tacho de basura, saludó a un árbol y juraba que el cordón de la vereda lo quería pelear."

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