Se usa cuando alguien se va al extremo con algo, sin miedo y sin freno, ya sea comiendo, bebiendo, hablando o metiéndose en un lío. Es como decir que se lanzó con todo, a lo bestia, sin medir consecuencias. Muy típica de la costa oriental, y hay que admitir que suena sabroso decirla.
"Chamo, anoche en la parrilla Luis se fue a plena harina, se bajó media cava de birras y ahora anda llorando por la resaca."