En El Salvador se usa para decir que alguien se aguanta algo incómodo, acepta una regañada o se traga el orgullo y la bronca sin armar más lío. Es como comerse el sapo y seguir adelante, aunque por dentro estés que echás chispas. Y hay que admitir que a veces toca hacer buche para no empeorar las cosas.
"Cuando el jefe lo regañó frente a todos, solo le tocó hacer buche, sonreír medio torcido y seguir chambeando como que nada había pasado."