Se usa cuando alguien se pasa de la raya haciendo algo, casi siempre comer o beber, como si se hubiera aventado un zacahuil entero. Es exageración pura, rollo atracón monumental que luego se paga con la panzota y el mal del puerco. Y la neta suena tan sabroso que hasta dan ganas de aplicárselo seguido.

"Ayer en la feria me aventé un zacahuilazo de barbacoa con pulque, y hoy ando tirado en la cama viendo novelas, jurando que ya nunca vuelvo a tragar así."

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