Se dice cuando alguien regresa a un lugar del que juró no volver, generalmente después de una pelea o un berrinche. Y sí, con el rabo entre las patas.
"Che, ¿viste que Juan volvió al boliche a pesar de que la semana pasada dijo que no pondría un pie ahí otra vez? ¡Volvió como perro arrepentido!"