Se dice cuando alguien está ajustado de guita y tira el mes comiendo barato, a puro plato rendidor como la polenta. Puede ser por necesidad o porque está ahorrando fuerte, pero la idea es que no hay lujos, solo lo básico para llenar la panza. Y hay que admitir que la frase tiene su toque de humor resignado bien correntino.
"Entre el chamamé, el asado y la birra nos fundimos, che, así que ahora vivimos a polenta hasta que cobre de nuevo."