En Córdoba se usa vilmente para remarcar que alguien hace algo con un descaro tremendo, sin culpa ni vergüenza y casi con orgullo. Es como decir que lo hizo a cara de perro, bien de frente y sin disimular nada. Suena medio dramático, pero en el habla diaria suele tener un toque humorístico que le da mucha gracia.
"El vago llegó una hora tarde, se sentó vilmente en la punta de la mesa, pidió fernet, criticó la comida y encima se llevó las sobras para la casa como si nada"