Se usa para describir cuando alguien camina todo rígido y torpe por el frío, como pingüino medio congelado y quizá con unos mates de más encima. Es ese andar raro, con pasos cortitos, bufanda hasta la nariz y cero glamour. Básicamente, salir a la calle tiritando y patinando, pero con dignidad fueguina, o al menos se intenta.
"Estaba tan helado que para ir a la esquina terminé pinguineando, casi me voy de trompa contra el cordón y el colectivero se cagó de risa al verme patinar."