Se dice cuando alguien se llena la boca prometiendo cosas, se agranda con lo que supuestamente va a hacer y al final no cumple ni la mitad. Es puro humo, puro verso, mucha promesa y cero acción. Va perfecto para el que vive tirando planes y fechas, pero nunca mueve un dedo. Y sí, da rabia.
"Otra vez dijo que el lunes arranca con el laburo y que ahora sí se pone las pilas. Dale, che, dejá de vender humo, eso ya es vámono a la promesa."