Se usa cuando alguien te deja plantado o te ignora mal, como si te hubiera dicho que iba a caer y después desaparece del mapa. Aplica para citas, asados, juntadas o cualquier plan donde el otro se hace humo sin avisar nada. Es esa mezcla de bronca y resignación que da cuando te cuelgan feo.
"Che, anoche lo invité a un asado con los changos y el loco me colgó la percha, ni un mensajito mandó, se hizo el humo mal."
En Salta se usa para decir que alguien está tirado sin hacer nada, en modo fiaca total, como jubilado un lunes. Es esa pereza rica de cuando no querés ni levantar la taza del café. Suena a que vas a ser productivo, pero en realidad estás colgando la percha con orgullo, y la verdad es que tiene su encanto.
"Ni me llames para jugar al fulbo, loco. Hoy colgué la percha, me quedo en casa con el mate, las empanadas y maratón de series hasta que me agarre la culpa."