Se usa para burlarse con cariño del outfit todo descombinaro, medio fachoso y bien de andar por casa, como de vecina chismosa de barrio. Es esa pinta con ropa vieja, colores que pelean entre sí y cero glamour. Perfecto para ir a la tienda, por las tortillas o a la esquina sin ganas de arreglarse.
"Vos, ni me mires, hoy ando en pleno traje de doña Florinda, chancla vieja, pants aguado y camiseta del candidato ese que ni ganó."