En Buenos Aires se usa para hablar de la merienda, ese momento sagrado de la tarde donde se corta el día y se come algo rico. Puede ser con mate, café con leche, chocolatada, lo que pinte, pero la idea es juntarse a tomar algo caliente y mandarse unas facturas. Y la verdad, es un ritual hermoso.

"Che, hoy salgo del laburo fusilado, pero igual caigo a lo de la abuela a tomar la leche con mate, facturas y todo el chusmerío del edificio."

En Santander se usa para decir que alguien está empanado, distraído o perdiendo el tiempo en vez de hacer algo útil. Es como estar en Babia, mirando al infinito mientras el resto del mundo va a toda pastilla. No es muy ofensivo, pero sí un toque de atención con un poco de guasa cántabra.

"Tía, llevas media hora mirando el móvil sin hacer nada, deja de tomar la leche y acaba ya el trabajo que el jefe está que echa humo"

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