Verbo muy oaxaqueño que se usa para hablar de irse a comer tlayudas con ganas, casi como un ritual de placer y desestrés. No es solo tragar por tragar, es darse un gustito con una buena tlayuda para levantar el ánimo, romper la rutina y recordar que la vida con quesillo y tasajo siempre mejora.
"Ando bien fundido con la chamba, ya urge que sea viernes para ir a tlayudear al puesto de Doña Pelos y revivir con una tlayuda bien cargada y su chelita bien fría"
Verbo inventado en plan de broma que mezcla la idea de comer tlayudas con la gloriosa flojera que viene después. En Tlaxcala se usa para decir que te vas a relajar a gusto tras una buena comilona, medio vagueando pero con toda la intención de no hacer nada productivo. Es como una siesta extendida con paseo lento y cero culpas, lo cual suena bastante bien.
"Ya quedamos, primero nos echamos unas tlayudas bien cargadas y luego nos vamos a tlayudear al zócalo, tirados en la banquita chismeando hasta que anochezca."