Se usa para decir que alguien armó un quilombo importante, que desordenó todo el ambiente y dejó la mesa emocional patas arriba. Es como cuando alguien se pudre de todo y decide mandar la situación al carajo, sin sutilezas ni diplomacia. No es literal, pero la imagen mental del mantel volando tiene su encanto caótico.
"Estábamos re tranqui jugando al truco y de golpe el Tano se calentó por una mano mal cantada, empezó a gritar, tiró el mantel y terminó todo el mundo discutiendo en la cocina."