Significa moverse con malicia callejera, usando la labia, los contactos y la viveza para resolver problemas sin soltar casi un peso. Es la versión dominicana de buscarse la vuelta con truquitos y mañas, a veces medio chuecas, pero sin llegar a ser un delincuente pesado. Y hay que admitir que cuando se hace bien, es casi un arte urbano.
"Ese pana vive tiguereando, se cuela en fiestas, come en casa de la jeva y hasta consigue motoconcho fiado, y tú pagando todo como un serio."