Se usa para decir que alguien es súper olvidadizo, que no retiene nada de nada. La comparación con el morrocoy va por lo lento y despistado que se le imagina, como si cada cosa que pasa se le resbalara de la cabeza. En Monagas es casi un clásico para vacilar a panas que siempre preguntan lo mismo.
"No le confíes las claves del wifi a Juan, que tiene la memoria de un morrocoy y a los cinco minutos está otra vez preguntando como si nada."