Se usa en Monagas para decir que alguien está reventado del cansancio, sin fuerzas ni para levantar un dedo, casi siempre después de un trabajo fuerte o de un día larguísimo. Es como estar molido, exprimido como caña de azúcar. Suena gracioso, pero cuando tienes el guarapo hecho de verdad lo único que quieres es cama y silencio.
"Hermano, después de empujar ese carro sin gasolina bajo el solazo, quedé con el guarapo hecho, ni pa' abrir una cerveza tenía fuerza."