Se usa cuando alguien se hace bien güey frente a un problema o una verdad incómoda, como si tapara el ojo al tigre pensando que así ya no lo ve. Es fingir que no pasa nada aunque el asunto esté enorme y rugiendo en tu cara. Muy útil para describir a la banda que huye de los broncas en vez de enfrentarlos.

"No te tapes el ojo al tigre, compa, ya todos saben que tronaste la troca por andar de acelerado en la carretera a San Blas."

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