Decir taita es una forma bien moqueguana y andina de llamar al papá con cariño y respeto. No es solo papá, es el viejo sabio, el que manda en la casa y al que se le hace caso sí o sí. Suena a campo, a familia grande y a domingo con caldo de gallina. Y la verdad, tiene bastante encanto.
"Mi taita se levanta antes que el sol, riega la chacra, arregla la moto y todavía le queda tiempo para irse a la pichanga con los patas del barrio"