Se usa cuando alguien ya se está desesperando, fastidiando o poniendo de malas por algo que tarda o que no sale. Es como decir que la paciencia se está acabando y ya trae el mal humor a flor de piel. La imagen del chango picando da risa, pero cuando te pasa no tiene tanta gracia, la neta.
"Llevamos dos horas formados para los boletos del concierto y ya me está picando el chango, mejor nos vamos por unas cheves antes de que me encabrone más."