Se usa cuando alguien adorna una historia y le mete drama, emoción o chisme extra para que suene más sabrosa de lo que fue. Es como echarle más aliño del necesario a la olla solo por farandulear. No siempre es mentira total, pero sí le ponen picante donde en verdad casi no pasa nada.

"María le sumó sazón al chisme diciendo que el jefe se desmayó en plena reunión, y la vaina fue que solo se tropezó con el cable del proyector y casi se cae."

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