En Iquitos se habla de las soñaderas cuando en la noche te agarra ese combo de calor brutal, humedad pegajosa y sueños loquísimos que parecen viaje astral con la selva entera metida en tu cabeza. No son solo pesadillas, son visiones raras, sudadas y bien intensas. Y la verdad, a veces hasta dan ganas de repetir la experiencia.
"Hermano, anoche dormí con el ventilador malogrado y después de ese tacacho con cecina tuve unas soñaderas que el río Amazonas me hablaba y un delfín rosado me cobraba pasaje en mototaxi acuático"