En Venezuela se usa para hablar de alguien de clase alta o que se las da de fino, aunque esté pelando. Es el típico pijo creído, con actitud presumida, medio ridícula y a veces bien insoportable. Puede ser cariñoso o burla, depende del tono y la confianza, pero casi siempre lleva un toquecito de veneno sabroso.
"Chamo, llegó el sifrino del grupo con sus zapatos carísimos, hablando de su viaje a Miami y pidiendo que le sirvan el café como si estuviera en un hotel cinco estrellas."