Expresión muy chilena para hablar de alguien con una cara dura impresionante, que no conoce la vergüenza y hace cosas muy frescas sin arrugarse ni un poquito. Se usa cuando una persona se aprovecha, pide favores imposibles o mete la pata y ni siquiera se inmuta. Y hay que admitir que, aunque molesta, a veces hasta da risa.
"El loco es tan cara de raja que llegó dos horas tarde, se comió toda la pizza y todavía preguntó si podía llevarse las sobras pa' la casa"