Se usa para decir que alguien está de mala suerte constante, como si todo le saliera torcido y tuviera una nube negra pegada encima. Es una forma medio burlona pero también cariñosa de comentar que a esa persona siempre le pasa algo. Y hay que admitir que a veces da risa cómo se acumulan las desgracias pequeñas.
"Hermano, a Juan le robaron el celular, se le dañó la moto y se le fue la luz en la casa, ese man sí está saladito de verdad."