Se usa cuando alguien pone cara larga, media fofa y apagada, como papa hervida sin sal, porque está desanimado, aburrido o medio derrotado por algo. Es esa expresión de cero brillo en los ojos, cero ganas de nada. No es tragedia máxima, pero sí vibra de bajón evidente. Y hay que admitir que la imagen es tan ridícula que hasta da risa.
"Perdimos la pichanga por goleada y el Seba sacó la media cara de papa, se sentó al lado del cooler, ni habló, ni tomó chela, ni se rió con los cabros el resto de la tarde."