Se usa cuando alguien manda a volar la dieta de forma épica y se deja caer con antojos bien cochinos, de esos que huelen a puesto de feria y a culpa feliz. El elote tatemado entra aquí como símbolo máximo de tentación callejera. No es solo romper la dieta, es traicionarla con ganas y sin remordimiento.
"Según yo iba bien fit, pero pasé por la plaza, olí el elote tatemado con mayonesa, queso y chilito, y ni modo, rompí la dieta estilo elote tatemado bien sabroso"