Se usa cuando alguien se queda sin dinero, sin recursos o sin conseguir lo que quería, ya sea pasta, ligue o cualquier cosa que esperaba. Es como decir que te has quedado tieso o con las manos vacías. Suena gracioso, pero cuando te pasa de verdad no hace ni pizca de gracia, la verdad.
"Entre las copas, el taxi y las tapas, acabé la noche quedándome a dos velas, con la cartera más seca que la mojama y pidiendo bizum a todo el grupo."