Expresión moqueguana para decir que alguien se queda totalmente sorprendido, sin palabras y con cara de no entender nada. Es como si la noticia o la situación lo aplastara y lo dejara chato del susto o la impresión. Se usa tanto para cosas buenas como para bombazos incómodos, y la verdad es que suena bien graciosa.
"Le conté al limeño que en Moquegua el ceviche se come en la mañana con su chelita helada y se quedó chato, pensaba que solo era brunch fancy en Miraflores."