Apodo cariñoso pero medio jodón para el pata que siempre promete y nunca cumple. Es como decirle que sus promesas duran lo mismo que el saludo de cumpleaños en el grupo de WhatsApp, un ratito y chau. En Piura se usa para vacilar al amigo informal que ofrece mil cosas y al final se hace humo. Y hay que admitir que tiene su gracia.
"Ya pe, cumpleañero, juraste que ibas a caer con las chelas bien helenas y al final ni tu sombra apareció en la reu, causa."