Expresión muy de parche cafetero para decir que algo está demasiado relajado, sabroso y lleno de buena vibra. Se usa cuando uno está tirado con los amigos, sin afán, conversando, tomando tinto o lo que caiga, y siente que el momento está perfecto. Es como celebrar que el plan está tan bueno que provoca quedarse ahí pegado toda la tarde.
"Parce, estábamos en el mirador con tintico, brisita fresca, risas y chisme al día, y yo solo pensaba: uy, qué parchada tan brutal, ojalá este rato no se acabara nunca"