Se usa para expresar sorpresa o alucine, como cuando algo te deja con la boca abierta o te parece una pasada. Viene de flipar, pero en versión rápida y muy de calle. En el País Vasco lo oyes para reaccionar a un plan, una historia o un cacharro nuevo. Y sí, suele ir con intensidad de barra y pintxo.
"Mikel vio el coche nuevo del colega, pegó un trago al zurito y dijo: ¡Qué flipe, tú! Con eso me planto en la playa y no vuelvo hasta septiembre."