En Lima se usa para hablar de alguien joven, novato y medio perdido, sobre todo en la chamba o en la U. Es como decir que todavía está verde, que recién está abriendo los ojos y aprendiendo cómo va la cosa. A veces se dice con cariño, a veces con burla, pero siempre con ese toque criollo que tiene su gracia.
"Oe, ese pulpín recién ha entrado a la chamba y ya quiere mandar, mejor que primero aprenda a sacar copias sin malograr la impresora."